En la antigua Grecia, Asclepio era el dios de la medicina; Higea, su hija que se encargaba de preparar los remedios, y que también era considerada una diosa, estaba representada como una mujer joven, rodeada por una serpiente que vertía el veneno en una vasija. Posteriormente, la representación se simplificó, quedando sólo la serpiente y una copa. Este símbolo pasó a ser usado por los farmacéuticos.
La copa de Higea, con la serpiente enroscada, simboliza el poder del veneno, que o bien puede matar o bien curar, una vez convertido en medicamento en la copa. También alude a la curación o renovación, por la capacidad de la serpiente de mudar la piel.
“Higea” es la diosa de la salud y la limpieza, de cuyo nombre deriva el término higiene.
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